La inteligencia artificial redefine la belleza en redes sociales: ¿Dónde queda la autenticidad?

La inteligencia artificial redefine la belleza en redes sociales: ¿Dónde queda la autenticidad?

María tiene 19 años y no sube ninguna foto a sus redes sociales sin antes pasarla por una aplicación de edición con inteligencia artificial. «No es que quiera engañar a nadie, simplemente me siento mejor si mi piel luce más lisa y mi sonrisa más blanca», confiesa. Como ella, más de la mitad de los jóvenes en España utilizan IA para retocar sus imágenes antes de compartirlas.

Un estudio reciente ha puesto cifras a esta creciente tendencia: el 61% de los españoles considera importante mejorar su imagen en redes sociales. Con herramientas que permiten afinar facciones, eliminar imperfecciones y hasta cambiar expresiones, la línea entre lo real y lo editado se ha vuelto cada vez más difusa.

La revolución digital de la belleza

La inteligencia artificial ha democratizado la edición fotográfica. Lo que antes requería conocimientos avanzados en programas profesionales, hoy se consigue con un solo clic desde cualquier teléfono móvil. La accesibilidad ha llevado a que cada vez más jóvenes busquen la «imagen perfecta» en sus perfiles.

Sin embargo, esta obsesión por la mejora digital no está exenta de riesgos. Uno de cada cuatro españoles reconoce sentirse afectado emocionalmente por las imágenes que ve en redes sociales. La comparación constante con rostros impecables y cuerpos estilizados, muchas veces irreales, está impactando la autoestima de los más jóvenes.

Expertos advierten que esta sobreexposición a estándares inalcanzables puede alimentar inseguridades y generar una percepción distorsionada de la realidad, especialmente en adolescentes y personas con cuerpos fuera de los cánones tradicionales.

Redes sociales y el dilema de la autenticidad

Algunas plataformas han comenzado a reaccionar. TikTok, por ejemplo, ha eliminado ciertos filtros de belleza para evitar que los usuarios jóvenes desarrollen trastornos relacionados con su imagen. Pero la batalla por la autenticidad es compleja: mientras unos buscan realismo, otros continúan exigiendo herramientas que les permitan «mejorar» su apariencia.

Para Qui Marín, directora del Sur de Europa de Cheerz, la clave está en recuperar la esencia de la fotografía: «Si conoces las bases de la luz y el encuadre, muchos de estos filtros sobran». Su postura apunta a una fotografía más genuina, donde la técnica supere a la postproducción.

¿Hacia un uso más consciente de la IA en la edición?

El avance de la inteligencia artificial en la edición fotográfica supone un arma de doble filo: facilita el trabajo de profesionales y permite a cualquiera mejorar sus fotos en segundos, pero también plantea desafíos sobre autoestima y autenticidad.

El reto ahora es aprender a utilizar estas herramientas con responsabilidad. Fomentar la educación digital y promover la diversidad real en las redes podría ser el primer paso para equilibrar los beneficios de la IA con un impacto positivo en la salud mental de los jóvenes. Mientras tanto, la pregunta sigue en el aire: ¿seguiremos editando la realidad o aprenderemos a aceptarnos tal como somos?