El auge de la IA como mentor laboral de la Generación Z
En un mundo donde la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, la Generación Z ha encontrado en la inteligencia artificial (IA) una aliada inesperada en su desarrollo profesional. Mientras que las generaciones anteriores recurrían a mentores humanos para orientarse en el mundo laboral, un número creciente de jóvenes trabajadores prefiere confiar en la IA para obtener consejos, evitar la ansiedad de las interacciones sociales y navegar un entorno corporativo que sienten como desfasado con sus valores.
¿Por qué la Generación Z confía más en la IA?
Un reciente estudio de Pearl.com, realizado a través de Censuswide, ha arrojado datos reveladores sobre esta tendencia. Los resultados muestran que el 41% de los trabajadores de la Generación Z confían más en la IA que en sus compañeros humanos. La cifra se eleva al 50% cuando se trata de pedir orientación en el trabajo, mientras que solo un tercio de los Baby Boomers lo haría. Además, esta generación utiliza herramientas de IA en el trabajo un promedio de 12 veces por semana, muy por encima de sus predecesores.
El estudio también revela que el 83% de la Generación Z experimenta ansiedad al hacer preguntas en persona o en línea, lo que refuerza su tendencia a recurrir a la IA como un canal más seguro y libre de juicios.
Un choque generacional en el lugar de trabajo
La Generación Z ha sido objeto de críticas por parte de empleadores y generaciones mayores, quienes los describen como difíciles de gestionar, poco comprometidos y con una actitud desafiante hacia las normas corporativas tradicionales. Sin embargo, detrás de estas percepciones subyace un cambio profundo en la forma en que esta generación concibe el trabajo.
Marcie Merriman, directora de estrategia de clientes y perspectivas culturales de EY, señala que los jóvenes han crecido en un entorno de gratificación instantánea y experiencias digitales optimizadas. Cuando llegan a un lugar de trabajo con sistemas burocráticos, anticuados y poco eficientes, su desencanto es inmediato. En este contexto, la IA se convierte en una herramienta que les ofrece respuestas inmediatas, sin los obstáculos ni las expectativas sociales de los colegas humanos.
El riesgo de depender demasiado de la IA
El CEO de Pearl, Andy Kurtzig, advierte que, aunque la IA puede ser una gran herramienta para democratizar el acceso a la información, la Generación Z debe ser consciente de sus limitaciones. Estudios como el de Purdue han demostrado que modelos como ChatGPT pueden proporcionar respuestas erróneas en un 52% de los casos. Confiar ciegamente en la IA sin verificación humana puede derivar en decisiones equivocadas que impacten negativamente en sus carreras y en el desempeño de sus empresas.
“Los empleados corren el riesgo de utilizar respuestas incorrectas en proyectos críticos, lo que podría causar desde una pequeña falta de comunicación hasta pérdidas financieras irreversibles”, advierte Kurtzig.
Cómo equilibrar la IA y la interacción humana
Para abordar esta creciente dependencia de la IA en el ámbito laboral, Kurtzig recomienda a las empresas adoptar un enfoque equilibrado:
- Reconocer el uso de la IA: Aceptar que los empleados jóvenes ya están usando IA y definir pautas claras sobre su aplicación en el trabajo.
- Educar sobre sus limitaciones: Explicar los riesgos de confiar ciegamente en la IA y fomentar la verificación humana de la información obtenida.
- Delimitar su aplicación: Asignar tareas adecuadas para la IA, como generación de ideas o redacción preliminar, pero evitar que reemplace el criterio humano en decisiones estratégicas o de atención al cliente.
¿Qué sigue para la Generación Z?
El impacto de la IA en el ámbito laboral apenas comienza a explorarse. Mientras que algunos ven su creciente uso como una amenaza para la interacción humana y la toma de decisiones, otros consideran que es una oportunidad para redefinir el trabajo con más eficiencia y personalización. La clave estará en encontrar el equilibrio entre la tecnología y la experiencia humana, asegurando que la IA sea una herramienta complementaria y no un sustituto absoluto.
Si las empresas logran gestionar este cambio de manera adecuada, la Generación Z podría pasar de confiar más en la IA que en los humanos, a encontrar en ambos un apoyo esencial para su crecimiento profesional.

