Elon Musk, OpenAI y DeepSeek: la guerra silenciosa por el futuro de la inteligencia artificial

Elon Musk, OpenAI y DeepSeek: la guerra silenciosa por el futuro de la inteligencia artificial

Hace apenas unos años, parecía que la inteligencia artificial (IA) era un campo dominado exclusivamente por Silicon Valley. Sin embargo, hoy la competencia se intensifica con la irrupción de DeepSeek, un modelo chino que desafía a OpenAI con soluciones más económicas y eficientes. En medio de esta batalla tecnológica, Elon Musk ha irrumpido con una oferta millonaria para comprar OpenAI, una jugada que muchos ven como una provocación estratégica más que como una adquisición real.

Para Pepe Cerezo, experto en inteligencia artificial y autor del libro IA Generativa. La nueva era de la información, este escenario es más que una simple rivalidad entre multimillonarios. «Estamos presenciando una guerra silenciosa entre los gigantes tecnológicos por el control de las plataformas de IA. Y Musk, como en otras ocasiones, no hace nada a voleo», asegura.

DeepSeek y la nueva era de la IA

Mientras las grandes tecnológicas de Occidente compiten entre sí, China avanza con un modelo propio. DeepSeek ha demostrado que la IA no es solo una cuestión de talento e innovación, sino también de costo y eficiencia. «Estamos en una carrera donde la computación y el gasto energético juegan un papel clave. DeepSeek ha conseguido reducir costes y mejorar la capacidad de procesamiento», explica Cerezo.

Uno de los avances más significativos de este modelo es el aprendizaje por refuerzo, una técnica que permite mejorar las respuestas de la IA de manera continua. «Pensábamos que la IA iba a ser mayoritariamente americana, pero ahora vemos que puede haber modelos tan eficientes y más baratos que ofrezcan soluciones a nivel global», añade el experto.

La IA y el riesgo de la desinformación

Más allá de la competencia empresarial, uno de los grandes desafíos de la IA es su impacto en la sociedad. La capacidad de generar textos, imágenes, audios e incluso videos hiperrealistas abre la puerta a nuevas formas de desinformación y manipulación.

«El problema no es solo la creación del bulo, sino su difusión y credibilidad. La IA está sofisticando la desinformación, sobre todo en el ámbito audiovisual», advierte Cerezo. Y en este punto, enfatiza que la responsabilidad no solo recae en quienes crean estos contenidos, sino también en las plataformas que los distribuyen.

Ética, transparencia y el futuro de la información

Otro debate clave gira en torno a la originalidad y el plagio en la IA generativa. «Los modelos de inteligencia artificial se basan en datos previos. Podríamos decir que nada es puramente original, ya que todo se construye sobre el conocimiento de generaciones anteriores», reflexiona Cerezo.

A esto se suma la creciente producción de datos sintéticos, es decir, información generada por la propia IA. «Estamos en un punto donde la IA ya no solo usa datos originales, sino que se alimenta de datos creados por ella misma. Es como si hiciéramos una fotocopia de una fotocopia, cada vez con más degradación en la calidad de la información», advierte.

Para el experto, la clave está en establecer estrategias de uso y regulación, no solo desde la tecnología, sino también desde el ámbito periodístico. «No podemos poner toda la carga ética solo en la IA, también hay que aplicarla al periodismo y a los medios de comunicación. La transparencia será un factor fundamental para recuperar la confianza en la información», concluye.

En definitiva, la inteligencia artificial está redefiniendo las reglas del juego. Empresas, gobiernos y ciudadanos tendrán que aprender a convivir con esta tecnología, aprovechando su potencial sin perder de vista los riesgos. Como bien dice Cerezo: «Estamos en los inicios de la IA, pero aún no vemos sus límites».