En medio de la creciente tensión tecnológica entre Estados Unidos y China, la batalla por el dominio en la inteligencia artificial (IA) y los chips avanzados se intensifica. Con las restricciones impuestas por la administración de Joe Biden al acceso de China a los potentes chips de Nvidia, el gigante asiático ha tenido que buscar alternativas. En este escenario, Cambricon Technology, una compañía de semiconductores fundada en 2016, ha emergido como el rostro de la resistencia tecnológica china.
El crecimiento de Cambricon en 2024 fue extraordinario: un incremento del 383% en el mercado bursátil, elevando su valoración a 37.000 millones de dólares. Este auge está vinculado al aumento de la demanda interna de chips, impulsada por las restricciones estadounidenses. Cambricon logró lo que muchos consideraban imposible: producir procesadores con nodos de 7 nanómetros, una tecnología que, en teoría, las sanciones debían impedir. Gracias a esto, importantes empresas chinas como Huawei ya integran sus procesadores en sus productos, consolidando su presencia en el mercado local.
A pesar de estos avances, la distancia con Nvidia sigue siendo abismal. El chip más avanzado de Cambricon, el MLU290-M5, se encuentra a la par del rendimiento del procesador A100 de Nvidia, lanzado en 2020. Esto posiciona a la firma china unos 4 o 5 años por detrás del gigante estadounidense. No obstante, con iniciativas como el proyecto nacional ‘Datos del Este y Computación del Oeste’, que busca construir una red masiva de centros de datos en China, Cambricon podría acortar esa brecha en los próximos años.
El crecimiento de los ingresos de Cambricon, que alcanzaron los 163 millones de dólares en 2024, es un buen augurio, pero palidece frente a los 60.000 millones de dólares generados por Nvidia. Aún así, esta expansión refleja el esfuerzo de China por fortalecer su soberanía tecnológica y su determinación de liderar el futuro de la IA.
Sin embargo, no todo es optimismo. Algunos analistas, como Dickie Wong de Kingston Securities, han advertido sobre una posible sobrevaloración de Cambricon, calificándola de “gran burbuja”. Según Wong, las expectativas de los inversores han inflado su valor debido a su cotización pública, algo que Huawei, considerada por muchos la verdadera esperanza china, no ofrece.
Chen Tianshi, el fundador de Cambricon y ex niño prodigio que ingresó a la universidad a los 16 años, enfrenta un camino lleno de retos. Aunque aún está lejos de competir directamente con Nvidia, el esfuerzo colectivo de China por consolidar su capacidad tecnológica podría permitir a Cambricon desempeñar un papel clave en el futuro de la IA.
La pregunta que queda en el aire es si el ascenso de Cambricon será suficiente para que China logre su independencia tecnológica o si esta carrera terminará como otra burbuja inflada por el fervor de los mercados. Por ahora, Cambricon encarna la ambición y el ingenio de una nación decidida a liderar la próxima revolución tecnológica.