En 1966, Joseph Weizenbaum, científico informático del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), desarrolló ELIZA, el primer programa de procesamiento de lenguaje natural capaz de simular una conversación humana. Diseñado para imitar a un psicoterapeuta de la escuela rogueriana, ELIZA representó un avance significativo en la interacción entre humanos y máquinas, sentando las bases para el desarrollo de futuros chatbots y sistemas de inteligencia artificial.
Origen y Propósito de ELIZA
Weizenbaum creó ELIZA con el objetivo de explorar la comunicación entre humanos y computadoras, y para demostrar la superficialidad de dicha interacción. El programa utilizaba técnicas de concordancia y sustitución de patrones para analizar las entradas del usuario y generar respuestas que daban la ilusión de comprensión. El script más conocido de ELIZA, denominado «DOCTOR», simulaba a un psicoterapeuta que respondía a las afirmaciones del usuario con preguntas abiertas, fomentando la continuación de la conversación sin aportar contenido propio.
Funcionamiento Técnico
ELIZA operaba identificando palabras clave en las entradas del usuario y aplicando reglas predefinidas para generar respuestas. Por ejemplo, si el usuario mencionaba la palabra «madre», ELIZA podría responder: «Háblame más de tu familia». Esta técnica de reformulación permitía que el programa mantuviera una conversación coherente sin comprender realmente el contenido. Aunque ELIZA no poseía inteligencia ni entendimiento genuino, su capacidad para mantener diálogos plausibles sorprendió a muchos usuarios de la época.
Impacto en la Inteligencia Artificial
ELIZA demostró que las máquinas podían participar en interacciones lingüísticas con humanos, lo que generó entusiasmo en la comunidad científica y el público en general. Sin embargo, Weizenbaum se alarmó al observar que algunas personas atribuían cualidades humanas al programa, llegando a compartir confidencias personales con ELIZA. Este fenómeno, conocido posteriormente como el «efecto ELIZA», evidenció la tendencia humana a proyectar emociones y entendimiento en máquinas que exhiben comportamientos superficiales de conversación.
Legado y Evolución de los Chatbots
ELIZA sentó las bases para el desarrollo de futuros chatbots y sistemas de procesamiento de lenguaje natural. Aunque limitado en comparación con las tecnologías actuales, su creación inspiró investigaciones posteriores en inteligencia artificial y lingüística computacional. Programas como PARRY, desarrollado en 1972 para simular a una persona con esquizofrenia paranoide, y los modernos asistentes virtuales como Siri y Alexa, deben parte de su existencia a los principios establecidos por ELIZA.
Reflexiones Éticas
La creación de ELIZA también suscitó debates éticos sobre la relación entre humanos y máquinas. Weizenbaum se convirtió en un crítico de la inteligencia artificial, argumentando que delegar funciones humanas complejas a las máquinas podría deshumanizar las interacciones y tener consecuencias negativas para la sociedad. Su trabajo invita a reflexionar sobre los límites y responsabilidades en el desarrollo de tecnologías que imitan comportamientos humanos.
ELIZA, el primer chatbot desarrollado por Joseph Weizenbaum en 1966, marcó un hito en la historia de la inteligencia artificial y la interacción humano-computadora. Aunque técnicamente simple, su capacidad para simular conversaciones humanas abrió nuevas vías de investigación y planteó importantes cuestiones éticas que siguen siendo relevantes en el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial en la actualidad.

